Los niños Sirios siguen siendo las víctimas
más vulnerables y están cada vez más expuestos a las peores formas de morir. Dramática
situación, aún impactado ante la
imagen de otro inocente, una niña, esta vez que muere ahogada a la orilla de la
costa junto con su hermano y su padre entre otros 39 inmigrantes.
Los bombardeos y brutales enfrentamientos
entre fuerzas gobernamentales y opositoras al régimen de Bashar al-Assad son el
día a día de la ciudadanía en Siria. En esa dramática situación, la ayuda médica
y alimentaría, el alojamiento, las medidas para hacer frente a la climatología y de la evacuación de enfermos y heridos no
dejan de aumentar en ese país.
Muchos son los menores que han perdido la
vida en el conflicto, además cada vez son más las epidemias y enfermedades que
aquejan a los más pequeños. El personal humanitario tiene un difícil acceso,
por eso está resultando difícil ofrecer ayuda a la población afectada.
Espero que en la Cumbre que se esta
celebrando en Bruselas, por los líderes Europeos, denominada "Crisis de
los Refugiados " se pongan de acuerdo de una vez, para que no haya ninguna
generación perdida, para construir oportunidades de un futuro más estable y
seguro para la infancia afectada por el conflicto Sirio.
Tampoco quiero dejar atrás los
acontecimientos vividos en nuestro país,
les hablo de Ceuta y Melilla, avalanchas de personas inmigrantes de
Marruecos que intentan buscar una vida mejor entrando en nuestro país a través
de los perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla.
Así que datos suficientes tienen nuestros
representantes en Europa para abordar el fenómeno de la inmigracion con auténtica
altura de miras, con sentido de responsabilidad y sentido de Estado.
Para ello hago un llamamiento a los
gobiernos reunidos éstos días en Bruselas, tienen elementos suficientes para seguir
trabajando, cambiar los sistemas y las normas que entendamos necesarias para
ser más eficaces y espero que las imágenes
recientes de esta última tragedia les conmueva a llegar a un acuerdo y acaben de hacer políticas
migratorias que acaban en muerte.
Pedro Rodríguez Reyes