viernes, 20 de noviembre de 2015

Derechos de la infancia.


                  

                     Este año se cumplen 26 años de la Convención sobre los Derechos del Niño. Su historia no tiene desperdicio. En el año de 1959, la Organización de Naciones Unidas aprobaba una declaración de los Derechos del Niño con diez principios fundamentales.Todos muy bien intencionados aunque insuficientes porque no tenían carácter obligatorio.
                  Un grupo de países empezó a trabajar para buscar un mayor compromiso de los estados y el Gobierno de Polonia se puso a redactar un texto en 1978 que supondría la primera versión de una Convención sobre Derechos del Niño.
                  Tras una década de negociaciones con gobernantes de todo el mundo, organizaciones e instituciones de la sociedad civil, se alcanzó   un texto definitivo que vio la luz un día del niño,  el 20 de noviembre de 1989 con el objetivo de que fuera obligatorio para todos los países que lo firmasen.
                  Rápidamente se sumaron 20 países,  entre ellos España,  hoy en día son un total de 193 países lo que han aceptado esta Convención del Niño.
                  En Somalia país ingobernable y en Siria, es bastante triste  hablar de cifras,  han muerto demasiados niños y siguen en el desamparo más absoluto; en España,  hasta un 30 por ciento de la infancia padece pobreza.
                  La Convención es el primer instrumento internacional que reconoce a los niños como agentes sociales, como titulares de sus propios derechos y por tanto, pueden reclamarlos.
                  Hay muchas organizaciones que velan por ellos, Unicef,  Save the Children, Aldeas Infantiles..., e intentan que esta Convención mantenga su fortaleza y se cumplan los 54 artículos que recogen los derechos económicos,  sociales,  culturales, civiles y políticos de todos los niños y también define las responsabilidades de los padres, los profesores, los profesionales de la salud, los investigadores y los propios niños.
                  El reto es afrontar asuntos tan espinosos como la venta de niños,  la prostitución infantil,  su participación en conflictos armados. Las leyes se convierten en papel mojado para los grupos excluidos,  que viven en situaciones de pobreza, sin hogar, sin protección jurídica, sin acceso la educación,  sin hospitales.
                  Desde mi posición como político y en referencia a los datos sobre la pobreza infantil que fueron publicados por Caritas recientemente,   digo que las ONG, no son adversarias ni oposición a los Gobiernos, sino colaboradores y en ocaciones hasta sustitutos. Por eso reclamo un mayor protagonismo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Pedro Rodríguez Reyes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario