jueves, 3 de diciembre de 2015

Personas sin hogar.


                  
                  

                   El acceso a la vivienda es un derecho fundamental reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero en nuestro país millones de personas siguen sin poder ejercerlo.
                  En días pasados  Cáritas Diocesana, se manifestó por los derechos de las personas sin hogar en materia de vivienda. Esta entidad religiosa  realiza desde hace muchos años una valiosa labor con las personas más vulnerables, que, sin duda , merece todo mi reconocimiento y me hace reflexionar sobre el impacto que tienen en la vida cotidiana de las personas, en la convivencia colectiva y en su integración social, el hecho de no disponer de un hogar con condiciones mínimas de habitabilidad y salubridad.
                  La vida digna es un factor clave para cubrir tanto necesidades físicas de seguridad y protección como las necesidades psicológicas y sociales proporcionando un espacio de privacidad y encuentro con la familia. Por tanto, disponer de un hogar digno supone no sólo una mejora de las condiciones de vida de las personas, sino que les permite romper con el círculo de la pobreza y las desigualdades que generalmente se transfieren de padres a hijos.
                   Siempre que una comunidad sea capaz de crear en su propio seno los mecanismos necesarios para garantizar su desarrollo, habremos contribuido a mejorar la vida de muchas personas.
Pedro Rodríguez Reyes.

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